Allá, en el lucero del alba,
nos aguarda nuestra eterna morada
donde volveremos a amarnos.
Aquí somos dos almas atardecidas,
que contemplan la vida
en su divina esencia
No hablemos mas de la muerte,
que nos aguarda
el infinito de los tiempos
nos aguarda nuestra eterna morada
donde volveremos a amarnos.
Aquí somos dos almas atardecidas,
que contemplan la vida
en su divina esencia
No hablemos mas de la muerte,
que nos aguarda
el infinito de los tiempos
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